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Objeto de la semana: Azada de mango corto

La conservadora asociada de Historia, Erendina Delgadillo, reflexiona sobre una azada de mango corto como ejemplo de cómo los trabajadores infravalorados se organizaron para defender la equidad y la justicia.

 

Cada semana, el personal del OMCA -desde los conservadores hasta los guías de las galerías- reflexiona sobre un objeto de las extensas colecciones del Museo que comparte ideas e inspiración para nuestro momento actual. 

De Erendina Delgadillo, Conservadora Asociada de Historia

Hoy me gustaría compartir la historia de esta azada de mango corto de nuestra colección, también llamada en español el cortito. Este objeto cuenta una historia de trabajadores infravalorados obligados a trabajar en condiciones insalubres y de cómo la gente se organizó para lograr un cambio duradero. Este tipo de herramienta se utilizaba en los campos de remolacha y lechuga de California a principios del siglo XX. Mientras los propietarios de las granjas afirmaban que otras herramientas dañarían los delicados productos y sus resultados, los trabajadores que utilizaban el cortito sufrían dolores de espalda crónicos y efectos nocivos a largo plazo porque el mango corto les obligaba a agacharse durante sus turnos de 10 a 12 horas. En 1975, tras décadas de protestas por parte de los trabajadores, los organizadores laborales y la United Farm Workers of America, la herramienta fue declarada "insegura" por el Tribunal Supremo de California y fue prohibida en este estado. Como resultado, las lesiones de espalda de los trabajadores agrícolas disminuyeron en un 34%.

Hoy en día, en el Área de la Bahía y en todo el estado, los trabajadores de primera línea -puestos ocupados principalmente por personas negras y latinas- están dando positivo en las pruebas de COVID-19 en mayor proporción que cualquier otro grupo. A medida que esta pandemia sigue poniendo de manifiesto las desigualdades económicas y sociales existentes, la historia del cortito nos recuerda que la salud y el bienestar de los trabajadores han sido ignorados durante mucho tiempo en aras del beneficio y, lo que es más importante, que el cambio es posible cuando trabajamos juntos para defender la equidad y la justicia.